lunes, 14 de diciembre de 2009

MEXICO: NARCOTRAFICO EXTRAE PETROLEO EN MEXICO Y LO VENDE EN EEUU

Maltrata, Veracruz— Utilizando perforaciones de alta tecnología, kilómetros de mangueras y una flotilla de camiones- cisterna robados, en los últimos dos años narcotraficantes han ordeñado petróleo con valor superior a mil millones de dólares de oleoductos mexicanos, en una vasta y audaz conspiración que está afectando al tesoro nacional, según funcionarios policiacos estadounidenses y mexicanos y la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex).
Usando sofisticadas redes de contrabando, los traficantes han transportado a Estados Unidos una parte del petróleo robado para vendérselo a empresas norteamericanas, algunas de las cuales sabían que era mal habido, según documentos procesales e interrogatorios con funcionarios estadounidenses que participan en la creciente investigación sobre compañías proveedoras de petróleo en Texas.
El generalizado hurto del recurso nacional más vital de México por parte de organizaciones delictivas representa un nuevo frente en la guerra del presidente Felipe Calderón contra los cárteles de droga, mostrando lo rápido que los traficantes están pasando del narcotráfico tradicional de estupefacientes a actividades tan diversas como robo, transporte y venta de petróleo.
El robo de combustible ha constituido un persistente problema para la paraestatal PEMEX, pero el robo se incrementó dramáticamente una vez que Calderón inició su guerra contra los cárteles poco después de asumir el poder en diciembre del 2006.
La narcoguerra ha dejado un saldo de más de 16 mil muertos y ha provocado que los cárteles, los cuales dependen fuertemente del narcotráfico para la mayor parte de sus ingresos, incursionen en otras actividades ilegales.
Las autoridades dijeron haber rastreado un alto porcentaje del robo de petróleo hasta los Zetas, la organización criminal fundada por ex comandos militares. Si bien al principio los Zetas fungían como rama protectora del Cártel del Golfo, ahora son independientes y dominan las actividades delictivas en estados ricos en petróleo como Veracruz y Tamaulipas.
“Los Zetas son un gobierno paralelo”, dijo Eduardo Mendoza Arellano, legislador federal que dirige un comité nacional de energía. “Prácticamente poseen vastos tramos de los oleoductos, desde la carretera hasta la misma puerta de las compañías petroleras”.
Los Zetas ganan millones de dólares “cobrando” por los oleoductos, organizando ellos mismos el robo o recibiendo una tajada de cualquiera que se encargue del hurto, según las autoridades mexicanas.
Este verano el Departamento del Tesoro estadounidense catalogó a dos comandantes de los Zetas como “capos” de los estupefacientes, lo cual permite a las autoridades decomisar propiedades.
Con frecuencia los Zetas trabajan con ex empleados de PEMEX, según Ramón Pequeño García, jefe de operaciones antidrogas en la Secretaría de Seguridad Pública mexicana. Los ex trabajadores “son personas altamente calificadas que poseen el conocimiento técnico para sacar el petróleo de los oleoductos. Ahora están bajo el control de los Zetas”, dijo Pequeño.
Encausan a ejecutivos texanos
Este año, ejecutivos de cuatro empresas texanas se declararon culpables de cargos mayores por conspirar para recibir y vender un condensado de petróleo robado con valor de millones de dólares.
Funcionarios policiacos estadounidenses dijeron en entrevistas no contar con evidencia que muestre que los individuos estaban vinculados con los narcotraficantes.
Durante la lectura de sus cargos, Arnoldo Maldonado, presidente de Y Gas & Oil, en septiembre se declaró culpable por recibir cerca de 327 mil dólares a fin de coordinar un mínimo de tres entregas de camiones cisterna llenas del robado condensado a otra compañía de Texas, Continental Fuels, según la transcripción de la audiencia hecha en los tribunales.
Cuando el juez federal de distrito Swing Werlein Jr. le preguntó cómo se había robado el condensado a PEMEX, Maldonado contestó, “de eso no tengo idea, señor”.
Donald Schroeder, ex presidente de la empresa con sede en Houston Trammo Petroleum, en mayo aceptó su culpabilidad por adquirir condensado mexicano robado por valor de dos millones, según transcripción de la audiencia. Schroeder vendió luego el condensado a otra compañía, BASF, obteniendo 150 mil dólares de ganancia, dijeron procuradores al tribunal.
Un portavoz de BASF, la cual no ha sido implicada en el caso, dijo que la empresa no estaba enterada de que el material fuera robado y que se encuentra cooperando en la investigación.
En agosto, las autoridades norteamericanas entregaron al gobierno mexicano un cheque por 2.4 millones como pago.
Operación sofisticada
PEMEX reportó haber perdido el año pasado petróleo con valor de 715 millones de dólares por robos. La compañía dijo haber descubierto 396 tomas clandestinas. Este año, PEMEX calcula que perderá un mínimo de 350 millones a raíz de robo de petróleo. Casi la mitad de los hurtos ocurren en los escarpados cerros de Veracruz, el estado básicamente rural localizado en una región con 3 mil 420 kilómetros de oleoductos que van desde el Golfo de México hasta las refinerías que hay en otras partes del país.
Para robar el petróleo, dicen las autoridades mexicanas, en ocasiones lo ladrones usan casas de seguridad desde donde construyen amplias redes de túneles que conducen a los oleoductos.
Fabrican poderosas perforadoras que les permiten agujerar los tubos de acero altamente presurizados y extraer el petróleo sin causar derrames ni sospechosas bajas de presión. Los funcionarios de PEMEX dicen que han encontrado tomas clandestinas con hasta cinco llaves.
En Maltrata, en el centro veracruzano, funcionarios de PEMEX mostraron a un reportero una trinchera de 1.2 metros de profundidad por 1.83 de ancho marcada con cinta amarilla que, dijeron, los ladrones cavaron el mes pasado para llegar hasta un oleoducto subterráneo en un claro cercano a una carretera federal.
Después de perforar el tubo descubierto de 60 centímetros mediante un taladro de mano y conectar válvulas para regular la presión, dijeron los funcionarios, los traficantes pasaron una manguera de 273 metros por entre la maleza hasta un camión cisterna y lo llenaron con alrededor de 200 barriles de petróleo crudo.
“Son muy sofisticados, en ciertos casos, hay tres kilómetros del oleoducto a la cisterna donde depositan el petróleo”, dijo Mauro Cáceres, quien supervisa la red de oleoductos en la región. “Es constante. Toman y toman y toman y toman”.
El mes pasado PEMEX perdió debido a robos 104 mil 141 barriles de petróleo tan sólo en la región de Veracruz, reportó la compañía. A 75 dólares el barril, el precio actual del petróleo mexicano en el mercado, la pérdida asciende a 10 millones de dólares. La paraestatal informa que los ladrones de petróleo están robando en oleoductos localizados en los 31 estados mexicanos.
A la defensa de los oleoductos
“Cuando se roban el petróleo, no se trata nada más de un delito regular”, dijo Mendoza, el funcionario federal. “Se vuelve un delito contra la sociedad porque la gente que roba este petróleo al día siguiente lo usa para secuestrarnos. Mañana, con ese dinero del petróleo, embarcan drogas”.
El robo representa un golpe tanto simbólico como financiero para el gobierno mexicano. Los impuestos que paga PEMEX constituyen el 40 por ciento del presupuesto federal. PEMEX aún posee y opera casi todas las gasolineras en México. Juan José Suárez, director ejecutivo de PEMEX, dijo en entrevista en las oficinas de la empresa en el Distrito Federal que el robo de petróleo es un robo contra todos los ciudadanos mexicanos. “No se trata de quitarle a PEMEX; es quitarle a los dueños de PEMEX. Es el valor neto de todos”.
México ha lanzado una intensa campaña para defender sus oleoductos, recurriendo al Ejército, a la Procuraduría General, a la Secretaría de Gobernación y a la Aduana. Durante los últimos dos años, el Gobierno ha realizado sobrevuelos con helicópteros, instalado dispositivos eléctricos de detección dentro de los oleoductos y aumentado el número de guardias privados de PEMEX.
Suárez calcula que en el transcurso de los próximos tres años PEMEX gastará cientos de millones de dólares en la defensa de sus oleoductos.
Estando rebasado el personal de mantenimiento de la empresa, este año PEMEX reunió equipos de 20 hombres para reparar rupturas ocasionadas por los robos.
“Los equipos están trabajando noche y día”, dijo Cáceres.
En el 2007 PEMEX pidió ayuda al gobierno federal. En junio de dicho año, funcionarios mexicanos de aduanas informaron a Inmigración y Aduanas estadounidense (ICE, por sus siglas en inglés) que habían descubierto docenas de compañías mexicanas que aparentemente estaban conspirando con empresas norteamericanas para exportar al otro lado de la frontera productos de petróleo robado.
Trabajando estrechamente con la aduana mexicana, dijeron investigadores del ICE, pronto descubrieron una red de compañías mexicanas y estadounidenses que enviaban petróleo robado a Estados Unidos en cisternas, almacenándolo a nivel del suelo en contenedores en Texas para luego embarcarlo en lanchas con destino a los usuarios finales en Estados Unidos.
Con los precios del petróleo a niveles récord, la estratagema permitía a empresas norteamericanas adquirir productos de petróleo a un precio inferior al del mercado. En la estafa participaban cientos de personas, según Jerry Robinette, agente especial a cargo de la oficina de investigaciones del ICE en San Antonio, la cual está supervisando la investigación.
“Los que ganaban más dinero son los que van a dañarnos más, y ése era el crimen organizado en México”, dijo Robinette.
Fuente:S. Fainaru/W. BoothThe Washington Post

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