sábado, 23 de agosto de 2014

La compleja red de financiación y reclutamiento de los terroristas del Estado Islámico

Los yihadistas que decapitaron al periodista James Foley tienen múltiples fuentes de recaudación. El dinero para solventar sus ataques no sólo proviene de los fanáticos que se suman a la causa islamista.Tienen ocho años, aunque recién en los últimos meses tomaron notoriedad. Son los terroristas del Estado Islámico de Irak y Siria -tal como se hicieron llamar en un comienzo- que decretaron la creación de un califato musulmán sin fronteras y universal en extensas zonas que controlan en esos dos países. Son también los extremistas que siembran terror en cada operativo que planifican.
Crucifixiones, ejecuciones sumarísimas, decapitaciones en plazas públicas. Todo vale para hacer conocido el accionar de estos sunitas, cuyos orígenes se remontan al grupo Al Qaeda. Su brutalidad también tiene sus raíces en esa banda terrorista, de la que luego se desprendieron.
Lo cierto es que el Estado Islámico no está solo en el mundo y consigue financiamiento no sólo del aporte que hacen simpatizantes alrededor de todo el planeta, sino también de otras actividades más comerciales y otras más siniestras.
Los seguidores que esta milicia islámica tiene son miles en diferentes países de Europa, Asia, América y Oceanía. Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos son los que más fanáticos conversos aportan a esta causa sanguinaria. Son estas células unipersonales las que proveen de armas y dinero a los terroristas apostados en Siria e Irak. Y, en muchísimas ocasiones, se suman por un tiempo a "la causa" para retornar a sus países tiempo después.
Tal es el caso de Donald Ray Morgan, quien fue arrestado en el aeropuerto Kennedy en Nueva York, como reportó la agencia de noticias AP. El cargo por el cual el FBI lo detuvo fue uno simple: portación de arma de fuego. Sin embargo, el objetivo de la oficina de investigación de delitos federales era otro: sus vínculos con el Estado Islámico.
Durante varias horas le consultaron a Morgan, de 44 años y convertido al islam, sobre los tuits que había escrito a favor del grupo extremista y si había viajado a Siria para tener contacto con los yihadistas. Incluso si podría identificar a alguno de ellos.
La presencia de yihadistas en los Estados Unidos preocupa cada vez más a las autoridades. La Policía de Nueva York y agentes federales estiman en 100 los militantes de origen norteamericano que se han unido al EIIL. Y el de Morgan no es el único caso que despierta sospechas.
En abril una mujer que se había convertido al islam en Colorado fue arrestada antes de que viajara a Siria para casarse con un terrorista que había conocido online. Más recientemente, otro hombre que estaba abordando un vuelo a Turquía fue detenido al conocerse que quería unirse al Estado Islámico.
Estos contactos en Occidente no sólo sirven para financiar en parte los genocidios que ejecutan contra las minorías, sino también para reclutar nuevos luchadores fanatizados.
Para ello usan las redes sociales, donde se muestran expertos. Los hashtags más recurrentes son #TenCuidadoAmérica y #UnaCalamidadSobrevendráEnEEUU y representan una amenaza no sólo para los Estados Unidos, sino para el resto de los países. Sobre todo, son una fuente de reclutamiento de fanáticos del islam que actúan sin escrúpulos.
Pero esa es la forma más precaria y menos eficiente de financiación. La que más rédito le está dando es aquella por la cual los terroristas del Estado Islámico venden un bien preciado no sólo por el mundo árabe, sino por todo el planeta: el petróleo.
La conquista de refinerías por parte de los extremistas resultó clave para su meteórico ascenso en estructura y armamento -donde la mano rusa es sospechada por diversos analistas internacionales-. También es significativo el lucro que del crudo hacen en un mercado negro cada vez más creciente en la región.
Al respecto se refirió Luay Al-Khatteeb, fundador de un think-tank especializado en energía en Irak. "EIIL controla sólo unos pocos y marginales campos en el norte de Irak, pero son suficientes lograr la autosustentación del grupo terrorista", señaló el experto a CNN.
"Hasta hace un mes, el mercado de crudo que controlaba EIIL en Irak le reportaba un millón de dólares al día. Ahora, con la expansión que lograron y el control de rutas de tráfico y refinerías, el mercado ascendió al menos dos a millones de dólares al día", reveló Al-Khatteeb y añadió que podría traducirse a u$s730 millones en un año, lo suficiente para sostener las operación más allá de Irak.
En otro tramo de la entrevista concedida a la cadena CNN, Al-Khatteeb explicó que el "Estado Islámico trafica el petróleo a cambio de dinero en efectivo y productos refinados, a un precio reducido".
"EIIL controla las rutas del tráfico y el crudo transportado por tanques hacia Jordania vía la provincia de Anbar, a Irán vía el Kurdistán, a Turquía vía Mosul, llevándolo al mercado local de Siria y el Kurdistán", señaló y agregó que a pesar del dinero recaudado, sería difícil agrandar un mercado ya reducido.
Sin embargo, este no es el único canal de financiamiento para los terroristas que se han convertido en el enemigo Nº1 de los EEUU. El secretario de Estado norteamericano Chuck Hagel advirtió que "el Estado Islámico está mejor financiado que todos los demás grupos que hayamos visto. Están por encima de todo, así que debemos estar preparados para todo".
Entre ese "todo", está el sanguinario método de recaudación que terminó con la vida del periodista James Foley: los secuestros extorsivos. Las decenas de corresponsales y reporteros que están en poder de los yihadistas son moneda de cambio y a medida que el tiempo pasa, su "precio" crece.
Varios gobiernos europeos -como Francia- accedieron al pago de rescates de sus ciudadanos para terminar con el drama y el calvario al que se vieron sometidos. Muchos de ellos estarán aliviados de haber retornado a sus hogares y es lógico. Lo ocurrido con su colega Foley fue terrible. El pago en efectivo de estos rescates sólo contribuye a continuar solventando las necesidades económicas del grupo terrorista que emplea mecanismos medievales para aterrorizar al planeta.
Como ocurre con otros grupos terroristas de Medio Oriente -como es el caso de Hezbollah-, la eliminación de las rutas de financiación es clave para recortar significativamente su poder de daño.
Fuente: Infobae

 
 

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