Sergio Goldenberg | El
autor detalla los primeros signos de cambio que se empiezan a ver en el
actual gobierno en cuanto a la política de PLA/CFT y analiza cómo puede
impactar el cambio de rumbo en el accionar cotidiano de los oficiales
de cumplimiento y de los sujetos obligados. | 28/01/2020 Fuente : wwwprevenciondelavado.com
La información como base de un proceso decisorio
es un pilar ineludible que todo empresario, director o cualquier
persona en general debe preservar a la hora de la toma de decisiones.
Siempre he persuadido a mis clientes y alumnos de que para minimizar los
resultados negativos de una decisión es fundamental hacerse de
información relevante, pertinente y de calidad.
Si
usted tuviese que conducir un automóvil hacia un destino que no conoce y
transitar una ruta que nunca recorrió, seguramente debería informarse
con datos como la distancia, estado de la ruta, lugares para parar,
carga de combustible, etc. O sea que, cuanto mayor información obtenga
previamente, estará en mejores condiciones para llegar a destino con los
menores inconvenientes.
Esta introducción se conecta con el artículo que publicamos hace cuatro meses (Opinión y Noticias, Unidad de Información Financiera: ¿continuidad o cambio?) donde el eje de este pasaba por un interrogante Unidad de Información Financiera: ¿continuidad o cambio? y
del mismo se desprendían cuestiones como: ¿Cuál será el impacto de un
gobierno de signo político opuesto al actual en la gestión y prestigio
de la UIF?, ¿Cómo será la relación entre el organismo y los Sujetos
Obligados? ¿Cuáles serán los próximos objetivos para el organismo?
Estas son las preguntas que ayer se formulaban muchos de los Sujetos
Obligados, Auditores, Revisores Externos y hoy comienzan a tener
respuestas o al menos elementos para tener en consideración.
Finalmente,
el Gobierno cambió de signo político y las piezas del rompecabezas
comenzaron a dibujar un nuevo escenario que todo Oficial de Cumplimiento
no puede desconocer.
Organismos claves en el
entramado de temas que se vinculan directa e indirectamente con la
temática del lavado de dinero y la financiación del terrorismo como la
Unidad de Información Financiera, la Oficina Anticorrupción, la
Inspección General de Justicia y la Administracion Federal de Ingresos
Públicos ya tienen designados sus principales responsables y por ahora
podríamos esperar que no haya mucha distancia entre ellos en la mirada
estratégica sobre los objetivos y cómo alinear los instrumentos para
alcanzarlos.
Es aquí donde la lectura que los
Sujetos Obligados hagan de la realidad y el nuevo escenario los
fortalecerá o debilitará en un futuro cercano según su capacidad de
adaptación.
En mi opinión, que no pretende analizar
ahora las distintas gestiones de la UIF, sino más bien reflexionar
sobre los cambios de objetivos y prioridades que tendrán impacto en las
tareas de prevención de los Sujetos Obligados, podríamos imaginar que
sus Oficiales de Cumplimiento, como los Revisores Externos deberán
resetear sus plataformas, modelos y filosofía de trabajo adecuándola a
los nuevos escenarios.
Algunos equipos de trabajo
de unidades de cumplimiento tendrán que reconfigurar sus procedimientos,
considerando que los objetivos o principales ejes de lucha contra el
lavado de dinero a los que se han adaptado en estos últimos cuatro años
puedan ser modificados por la nueva gestión.
Uno de
esos ejes ya se ha puesto de manifiesto y es volver a poner en primer
plano a la evasión impositiva como delito precedente en el lavado de
activos, idea que nos lleva al pasado cuando esta temática se había
transformado en uno de los principales motores de seguimiento. Es
un tema no menor en una economía con una de las presiones impositivas
más altas que inviabilizan muchos emprendimientos.
La
Audiencia Pública del pasado 22 de enero, llevada adelante para la
evaluación de las observaciones presentadas sobre los postulantes a la
presidencia y vicepresidencia de la UIF ha dado testimonio sobre la
nueva mirada y objetivos de la nueva gestión.
Asimismo,
la defensa que se ha hecho en dicha Audiencia sobre la gestión anterior
a la que finaliza hoy su mandato y la lista de aquellos que han
presentado su adhesión a las postulaciones, ilustran sobre cierta
identificación política con el actual gobierno y marcada oposición al
anterior.
Nuevamente la experiencia que puedan
haber recogido los Sujetos Obligados en estos últimos cuatro años no
servirá como predictor de posibles nuevos comportamientos del
Supervisor, lo cual requerirá de un esfuerzo de aprendizaje adaptativo a
los nuevos escenarios por venir.
Viejos nombres
que a esta altura estaban olvidados, ocuparán probablemente nuevos
casilleros en el rompecabezas del sistema antilavado, reinstaurando
viejas ideas y denostando lo bueno, malo o regular que se haya hecho en
este último tiempo.
Imagino en clave de humor, en
el seno de una reunión de comité de prevención de lavado de activos, a
la hora de decidir un Reporte de Operación Sospechosa, discutir entre
sus integrantes si el mismo pueda ser considerado por algún abogado en
un futuro como parte del Lawfare, concepto tan utilizado en estos
tiempos.
Dejando el humor de lado, como hemos dicho
en este artículo, no es su objetivo analizar o evaluar resultados de
las distintas gestiones que han pasado por la UIF pero si consideramos
necesario, que los distintos actores del sistema de prevención estén
alertas sobre los cambios que se vienen y puedan leer y anticipar los
mismos para evaluar el impacto que puedan traer a los distintos tipos de
Sujetos Obligados, dicho en otros términos, el conductor del automóvil
deberá conocer la ruta que le tocará transitar.
Finalmente, la respuesta a la pregunta de nuestro anterior artículo Unidad de Información Financiera: ¿continuidad o cambio? hoy podríamos decir que tiene su respuesta, y es continuidad y cambio a la vez,
porque es muy probable que se cambie y tome distancia sobre mucho de lo
hecho por la reciente Gestión y se de continuidad a los objetivos y
ejes impulsados en la UIF en el período 2011-2015.
Dr. LA. Sergio Goldenberg